Reseña de Alejandro Martino sobre En la sección Música del azar de la revista Lea, N°14. El libro, como los cien tangos, también es fundamental por muchas razones. Los autores contaron con el mayor cúmulo de información posible. Se hace evidente que manejan la discografía y bibliografía completas del género, a la que agregan una importante cantidad de citas de trabajos propios. Son especialmente valiosos los fragmentos de reportajes a los protagonistas realizados por ellos, así como la publicación de datos obtenidos por el contacto directo con los artistas. Para realizar la selección los autores aplicaron un recurso matemático, más específicamente, estadístico. Buscaron en sus archivos (el de Oscar del Priore muy probablemente sea el más completo que existe) la cantidad de grabaciones comerciales diferentes que se realizaron de cada tango y destacaron los cien más grabados. |
Así, la responsabilidad de la elección recayó sobre los intérpretes. A su vez los intérpretes eligieron esas obras según dos criterios diametralmente opuestos. En los períodos de esplendor y prosperidad de la especie privilegiaron las novedades y la calidad artística, mientras que en los momentos de decadencia grabaron aquello que ya era conocido y que había sido exitoso. El propio libro es una muestra cabal de lo dicho y un diagnóstico de la situación actual, ya que el último de los tangos incluidos es del año 1969. Desde ese momento hasta que fue editado transcurrieron treinta años. En igual período desde 1900 hasta 1930 merecieron ser incluidas cincuenta y seis obras, y desde 1930 hasta 1960 cuarenta y una. Como ya dijimos, desde 1969 a la actualidad ninguna. Sería plausible y necesaria la edición del tomo dos (Cien tangos fundamentales 1969-2001) para romper el círculo vicioso. Seguramente para no realizarla se impondrán razones de índole comercial, para luego dejar las cosas como están.
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