Reseña de Alejandro Martino sobre
Cantes, cantares y cantarcillos
de Antonio Urbaneja
Editorial de la Universidad de Cádiz

En la sección Música del azar de la revista Lea, N°16.

     La obra del especialista Antonio Urbaneja sobre la génesis, genealogía y evolución del cante de Andalucía, para el que prefiere el calificativo jondo y no flamenco, se ve publicada en su segunda edición a diez años de la primera.

     El aspecto tratado con mayor profundidad y dedicación es su poética. Evolución que comienza en el zejel y la moaxaja, aproximadamente en el siglo X, y que pasando por la copla, la redondilla, la quintilla, la seguidilla y la soleá, llega a la riqueza métrica que caracteriza el cante de nuestros días.

     Para leer el texto, muy rico y cuidado, es conveniente repasar previamente conceptos de versificación tales como yámbico, dactílico, anapéstico, hemistiquio, anacrúsico, síncopa, etc., ya que el autor entra de lleno en materia y los da por conocidos.

     Es particularmente ilustrativa la descripción y diferenciación
de los dos grupos de gitanos que arribaron a Andalucía con

procedencias y característica muy disímiles y separados por muchos siglos. El grupo más reciente de origen hindú, llegó a España desde Francia hace relativamente poco (siglo XV) y son los que se llama, con más o menos acierto, húngaros, zínganos o zingalís. Constituyen la famosa raza del carromato, el oso y la cabrita. Mientras que el otro grupo, de origen sumerio, arribó a España proveniente de Egipto en tiempo inmemorial y forman parte de sus primeros pobladores. El autor afirma que la distancia étnica entre ambos es abismal y que aún persiste una auténtica discriminación.

     También resulta interesante el hallazgo en la literatura clásica romana de referencias a la particular forma de danzar de las mujeres gaditanas con sus crótalos metálicos (luego reemplazados por los palillos o castañuelas) y sus rítmicas caderas. Que, como todas las danzas populares de movimientos sensuales y vertiginosos, suscitaron en los ilustrados poetas y cronistas de otras regiones los calificativos de lascivas e impúdicas.

      El libro está organizado en forma de conferencias y pequeños artículos, lo que le otorga gran fluidez.



© Alejandro Martino